Suele ser típico despedirse de alguien que has conocido recientemente con frases como "nos llamamos", "hasta la próxima", "nos vemos", sabiendo que posiblemente no volverás a ver a esa persona. Sin embargo, Gerard, a quien conocí
cuando hice el Posets, se despidió diciendo: "si no nos volvemos a ver es porque no queréis". En ese momento tuve la sensación que volveríamos a coincidir.
Dos semanas después vuelvo a coincidir con Gerard, Isidoro y Raúl para hacer el Aneto. También viene Jordi, hermano de Gerard.
El Aneto es el pico más elevado de los Pirineos, con una altitud de 3.404 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra situado en el Parque Natural Posets‐Maladeta, en el municipio de Benasque (Huesca).
En su cara norte, a partir de los 2.810 metros aproximadamente, reside el mayor glaciar de los Pirineos, con unas 100 ha de superficie.
Para llegar, pasado Benasque, seguimos la carretera hacia los
Llanos del Hospital, cogiendo después un desvío a la derecha señalizado como tal.
Afortunadamente, la tarde anterior se despejó la carretera de acceso que había permanecido cerrada tres días debido a intensas nevadas. Dejamos el coche en el Parking de El Vado, junto al Hospital de Benasque.
Tras organizar las mochilas y comer algo, a las 13 horas iniciamos el ascenso al refugio. Debido a las recientes nevadas, enseguida son necesarias las raquetas para progresar por la nieve. En poco más de dos horas llagamos al refugio de la Renclusa.
No nos sorprende ver el refugio prácticamente cubierto de nieve, habíamos vistos alguna foto en la
página de Facebook del refugio, pero verlo
in situ resulta más impresionante.
Tras registrarnos, ocupar nuestros aposentos y cenar, nos retiramos a dormir, ya que será necesario madrugar mucho para minimizar el riesgo de aludes.
Así pues, a las 5:15 empezábamos a andar con crampones, viéndonos obligados a cambiar a raquetas unos minutos después (de hecho, esa fue la tónica en todo el ascenso, la alternancia entre crampones y raquetas).
Siguiendo las recomendaciones que nos dieron en el refugio, para evitar los aludes, subimos por la derecha del barranco (como si fuésemos al Maladeta), y a partir de los 2600 metros giramos a la izquierda para dirigirnos al Portillón Superior (2.895 m), que se encuentra un poco por debajo de un pluviómetro.
En el Portillón aprovechamos para hidratarnos y comer algo. Desde aquí se observa el Aneto al fondo. Parece que está ahí al lado, pero aún queda camino.
Tras cruzar el Portillón y perder unos metros de altura se llega al Glaciar del Aneto. Lo más habitual es seguir la huella de la gente que ha pasado antes que nosotros, trazando una diagonal hacia el Collado de Coronas (3.208 m), entre la Tuca de Coronas y el Aneto.
Desde el Collado de Coronas, una última pala en la cara noreste del Aneto da acceso a la antecima y el conocido Paso de Mahoma, una arista aérea de unos 20 metros de longitud tras la cuál se alcanza la cumbre del Aneto (3.404 m).
Una vez en la cumbre, se suceden las muestras de alegría, abrazos, fotos, más fotos, cantamos
Don't worry be happy como
Nico y sus amigos en Riglos... bueno, en realidad destrozamos la canción.
Tras unos minutos disfrutando de las vistas abandonamos la cumbre para dirigirnos a nuestro siguiente objetivo, la Punta Oliveras‐Arenas (3.298 m), un tres mil secundario que se asciende siguiendo la evidente ruta que nos queda a la izquierda cuando descendemos del Aneto.
En pocos minutos estamos en la cumbre y de nuevo se suceden las muestras de alegría, centenares de fotos, abrazos... pero no cantamos, el día es espectacular y no queremos tentar a la suerte.
Ahora tenemos que deshacer el camino andado, unos regresan al refugio esquiando y otros como Manolo García, un ratito a pie y otro caminando.
Unos minutos antes de las 17 horas llegamos al refugio. Para mi sorpresa llegamos al mismo tiempo que Gerard y Jordi. Lo que iba a ser un agradable descenso esquiando ha sido un verdadero calvario. Han errado en el camino y han tenido que remontar varias veces la ladera. Para colmo a Gerard se le ha roto una de las pieles de foca, lo que nos imposibilita hacer el objetivo del día siguiente, subir el pico de Alba y bajar por los tubos de Paderna hasta el Hospital de Benasque.
Sin planes para el día siguiente únicamente podemos hacer una cosa, celebrar con un buen vino y mejor compañía los éxitos logrados en el día.
Mapa/track de la ruta
Galería fotográfica.
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